domingo, 16 de septiembre de 2007

EL HOGAR CRISTIANO

En el libro, “El Hogar Cristiano” de Elena G. de White, en la página 287, 288, leemos lo siguiente:
“… Precede a la de la iglesia.-
En el hogar se echa el fundamento de la prosperidad que tendrá la iglesia. Las influencias que rijan la vida familiar se extienden a la vida de la iglesia. Por lo tanto, los deberes referentes a la iglesia deben comenzar en el hogar.
Teniendo buena religión en el hogar, tendremos excelente religión en las reuniones. Defendamos el fuerte del hogar. Consagremos nuestra familia a Dios, y luego hablemos y actuemos en casa como cristianos. Seamos bondadosos, tolerantes y pacientes en casa, sabiendo que enseñamos. Cada madre es una maestra y debe aprender en la escuela de Cristo, a fin de saber enseñar a sus hijos y modelar correctamente su carácter.
En el hogar donde falta la religión, la profesión de fe no tiene valor.... Muchos se están engañando al creer que el carácter será transformado cuando venga Cristo; pero cuando él aparezca no se convertirán los corazones. Tendremos que habernos arrepentido de nuestros defectos de carácter y tendremos que haberlos vencido por la gracia de Cristo durante el tiempo de gracia. Aquí es donde debemos prepararnos para formar parte de la familia celestial.
La religión es muy necesaria en el hogar, y las palabras que en él pronunciemos han de ser del carácter debido o de nada servirán nuestros testimonios en la iglesia. Nuestra religión será inútil si no manifestamos mansedumbre, bondad y cortesía en el hogar. Si hubiese más religión genuina en la familia, habría más poder en la iglesia. …”

Estoy realmente de acuerdo, y creo que la mayoría de los cristianos, que la verdadera religión comienza en el hogar de cada uno de nosotros. Y lo que cada uno de nosotros vive en casa, es lo que vive en la iglesia, en el trabajo, etc.. Claramente es un punto para la reflexión, ¿cómo vivo yo mi cristianismo, en mi esfera familiar?, no me atrevo a reflexionar “el cómo” vivo mi religión en la iglesia …no, porque claramente me llevaría al engaño, somos unos artistas fabulosos, somos capaces de dar nuestra mejor cara en el sábado y hacer nuestro mejor “papel” de cara a los demás, pero no hacia Dios. Por eso mejor vamos a la raíz de nuestra vida, nuestra familia, nuestro hogar, como trato a mi esposa, a mis hijos e incluso a la mascota… ¿hacemos la devoción matutina?, ¿hacemos el culto familiar?, ¿compartimos nuestros descubrimientos en la Biblia y en los Testimonios en el círculo familiar?, ¿oramos juntos?, ¿cantamos alabanzas?.... si has contestado afirmativamente a todas estas preguntas, tu salud espiritual y la de tu familia, es bastante buena. En caso de que no contestaras de forma positiva, no te desanimes, quizás es el momento de que os propongáis recomenzar desde esta perspectiva, el Señor está esperando por nosotros pacientemente, no es cuestión de lamentarnos del pasado, sino de mirar el presente y el futuro con optimismo y hay alegría en el cielo cuando una familia se postra de rodillas ante Dios y le declara con humildad que quieren caminar con El.
Evidentemente, si no somos capaces de hacer eso en casa, difícilmente podremos hacerlo fuera de ella.
Por otro lado, si hay algo que nos impide hacerlo, tendríamos que reflexionar sobre nuestro carácter, muchos de nosotros hemos pasado años pensando que cuando venga Cristo, pondrá en nosotros aquello que nos falta, o rectificará esos defectos de carácter que tenemos, con lo cuál no nos hemos esforzado lo suficiente para mejorarlo, total para qué, si Cristo hará ese trabajo cuando venga. Ese es un engaño que satanás introdujo en nuestra iglesia para debilitarnos y debilitar a nuestras familias.
Satanás, profundo conocedor de nuestra forma de hacer y de pensar, nos induce a pensar que no podemos cambiar nuestro carácter aquí en la tierra. Pues imagínense a un matrimonio con ciertas diferencias (creo que hay pocos ¿no?), y cada uno de los cónyuges, en su orgullo, mantiene su posición en un tema de discordia, aún sabiendo que tienen una postura inducida por un defecto de carácter. ¿Qué pasaría?... si tenemos como base el pensamiento que generalmente encontramos en las iglesias, de que no todos nuestros defectos de carácter podemos cambiarlos hasta que Cristo venga, vamos a vivir un matrimonio menos feliz de lo que a priori pensábamos. Por el contrario, si somos un matrimonio que deseamos corregir nuestros defectos de carácter, ayudándonos mutuamente, antes de que acabe el tiempo de gracia y así estar preparados para la venida de nuestro Señor, nuestra postura en un momento de conflicto cambiaría radicalmente.
Tendríamos un matrimonio CRISTIANO, poderoso, con la ayuda de Dios pueden superar todas las pruebas a las que están sometidos, y por ende, tendríamos una iglesia poderosa, que quiere caminar con Dios, si la base de la iglesia es la familia, hagamos poderosa a nuestra familia.

“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” Mateo 5:48

El Señor no nos pide algo que no podamos cumplir, El está a nuestro lado para ayudarnos a conseguirlo, que el Señor disponga en nuestros corazones el identificar nuestros defectos de carácter y que nos ayude a corregirlos y eliminarlos si es su voluntad, y cuando nos demos cuenta seremos unos cristianos victoriosos en Jesús.

Que Dios los bendiga.