sábado, 6 de octubre de 2007

...¡OH, SI ME DIERAS BENDICIÓN,....

...Qué grato mensaje recibimos en el sermón del sábado pasado en la iglesia Adventista de Las Palmas.
Ese fin de semana, fuimos a Las Palmas después de tanto tiempo. Siempre aprovechamos para ver a la familia, hermanos y amigos, bueno a todos los que Dios nos permite que veamos y que compartamos con ellos, y a Dios le damos gracias por los momentos vividos en el sábado. Hacía mucho tiempo que no iba a la iglesia de la cual procedo y donde conocí el evangelio, vimos a algunos de los hermanos que conocemos desde hace años y siempre nos alegra compartir la palabra de Dios con ellos.
Me alegró mucho también, la invitación que me hicieron para acompañar al predicador en el culto divino, para mí siempre fue un gran honor. Pero sobre todo, nos gustó mucho la predicación que recibimos de parte de Dios por medio del hermano Robson.
El sermón hablaba de la oración de Jabes. Confieso, tal como lo hizo el predicador, que nunca me había detenido en el pasaje de 1ª de Crónicas 4:9-10, siempre que nos topamos con genealogías en la Biblia, las pasamos deprisa y corriendo, casi de puntillas. Pero Dios tiene siempre perlas escondidas en su palabra y este pasaje es una de ellas.
Parece ser que en la Biblia no se habla casi nada de Jabes, pero lo descrito en este pasaje tiene mucha profundidad. "9 Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. 10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió."
Bonito ¿verdad?, lo primero que nos llama la atención del pasaje, es que Jabes era más ilustre que sus hermanos. Y el predicador nos hizo una reflexión; ¿qué significa ser ilustre?, ¿cuán ilustre podemos llegar a ser nosotros como cristianos?, ¿nos consideran nuestros semejantes, personas ilustres? ... sinceramente... me llegó profundo el asunto.
Y es que el cristiano que camina con Dios, es una persona ilustre, es una persona diferente, habla diferente, piensa diferente, actúa diferente, no lo hace como el mundo lo hace, porque es..... más ilustre.
A pesar de que sólo son dos versos, podríamos hablar largo y tendido de ellos, no es mi intención en este momento pero si hacer una pequeña reflexión como la anterior.
El verso 10 dice que Jabes "Invocó al Dios de Israel", pienso que tuvo que hacerlo de una manera especial, con un corazón y una mente verdaderamente entregado a Dios, ya que en el final del versículo se nos dice que Dios le otorgó lo que pidió. Esta parte me hizo reflexionar sobre cómo invoco yo a Dios, ¿lo hago con la misma intensidad, devoción y amor? o lo hago de forma rutinaria. (cuántas cosas aprendemos de la palabra de Dios).
"¡Oh, si me dieras bendición y ensancharas mi territorio"... profundo ¿verdad?, cuantas cosas podemos aprender de Jabes, este hombre tenía una visión y una capacidad tremenda o por lo menos es lo que me hace sentir. O sea, ¿cuantas veces le pedí al Señor que ampliara mi territorio?, podríamos aplicar el término "territorio" a cualquier faceta de nuestra vida y pedir a Dios que ampliara nuestro territorio, nuestras fronteras, como decía el hermano Robson, cuán corto de visión puedo llegar a ser a la luz de este pasaje.... ¿no nos limitamos nosotros mismos?, creo que debo ser como Jabes y pedirle a Dios, ampliación de mi territorio.
Por último, "y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe!", ¿Le pido a Dios que su mano esté conmigo cada día de mi vida?, creo que es fundamental si queremos caminar con Dios todos los días de nuestra vida.
Confieso mis hermanos, que este mensaje llegó a lo más profundo de mi ser, llevo toda la semana meditando en el. El predicador nos animó a mucho hacer como Jabes, "casi" nos desafía a que "hagamos como Jabes", yo se que en su fuero interno el deseaba desafiarnos y yo salí de la iglesia con esa idea en la mente. ¿Por qué no aceptar el desafío?. Dios quiere hombres y mujeres valientes, que acepten desafíos y que hagan como Jabes. "¡Señor, bendíceme, amplía mi territorio, pon tu mano en mi camino, protégeme del mal! ¡Quiero hacer tu voluntad Señor, con tu bendición!"
Y tú, .......... ¿aceptas el desafío?
Queridos hermanos, en pocas palabras he querido transmitirles lo que escuché la semana pasada en la iglesia de parte de Dios y que fue elevador e inspirador para mi y deseo que también para ustedes.

Que Dios los bendiga.
¡MARANATA!